domingo, 24 de abril de 2011

Tras los ojos, se escondía tu paraguas amarillo

He recorrido todas las calles, todos los rincones posibles en su busca... Pero ella no estaba. Sabes que nunca he tirado la toalla, pero por primera vez estoy apunto de hacerlo.
Ya no se donde buscar, donde indagar. Tan solo tengo una foto y un montón de recuerdos en la mano. Ahora más que nunca es cuando necesito tu ayuda. Me queda un último cartucho de pólvora en la reserva, un cartucho que tu siempre has intentado que tirase, pero ahora más que nunca lo necesito. Se que es fallar a nuestra promesa, que es meter el dedo en la yaga, que es mantener vivo tu recuerdo. Tengo la escopeta en una mano y la pólvora en la otra, tan solo un disparo y la encontrare...

Los minutos ya han pasado y todo lo que he obtenido ha sido una dirección y una hora. Deséame suerte, la voy a necesitar.

* * * * *

Ayer fue una tarde un poco rara. Como te conté use el último cartucho de pólvora que tenía en la reserva, y hacerte de pleno. En la dirección y la hora exacta yo estaba allí. Solo, bajo la lluvia con tu paraguas amarillo en mano. Tras media hora de espera, una voz a lo lejos coreaba mi nombre. Al girarme la pude ver. Sin mediar palabra alguna me abrazó y se puso a llorar. Tan solo un café rompió el hielo de aquella incómoda situación. Tu nombre lo evitó tantas veces que apenas pude seguir el hilo de la conversación. Lágrimas saladas y largos tragos de mocca blanco acompañaros sus sollozos. Tras horas y horas de silencios incómodos y miradas vacía de expresión, decidimos dar un paseo. Acabamos donde siempre, pero no los de siempre. Un grupillo de hormigas se acercaron a nosotros preguntando por ti, pero rápidamente se percataron de la situación.
Creo que he cumplido mi parte, que me he esforzado como nunca en mí vida, creo que estoy preparado.

"Ahora más que nunca te necesito"

No hay comentarios:

Publicar un comentario