domingo, 26 de agosto de 2012
Eme dos
Nada ha cambiado excepto una cosa, tú.
Tú, que ya no estás a mi lado, que ya no te siento cerca, que ya no estas.
Y, de nuevo, como cada día, me ahogo en este vacío lugar, en este apartado mundo, en esta marabunda de estrellas.
Este es uno de esos momentos en los que te necesito tener junto a mi, en los que necesito mirarte a los ojos, en los que tan solo tu me haces feliz.
Pero como siempre y hasta entonces, vuelvo a ser solo yo, rodeado de nada bajo mi capa de soledad.
Daría lo que fuera porque estuvieses aquí, por volver a ser inmensamente feliz, por saber que tan solo existimos tu y yo en nuestro lugar secreto, por volver a ser yo.
Pero, mientras tanto, regresaré al pasado, regresaré a nosotros y soñaré, por tan solo un momento, que estás aquí... que yo soy feliz.
viernes, 24 de agosto de 2012
Erre uno
Noches, noches como esta, en las que está todo oscuro... En las que vuelvo a recaer en tí.
Noches como la nuestra, en las que vuelvo a nuestro rincón, a nuestro lugar, al sitio donde éramos tu y yo.
Noches en las que la sombra de tu recuerdo se vuelve a hacer presente en mi día.
Días en los que no se vivir sin tí, días en los que todo se vuelve oscuro, días en los que el pasado me atormenta.
Y sí, vuelvo a echarte de menos, a sentirte cada vez más cerca pero a la vez más lejos.
A echar en falta todo lo que alguna vez tuvimos, todo lo que tu y yo fuimos, todo en lo que alguna vez creí.
Hoy me haces falta en mi presente, en cada segundo de mi día, en cada momento de mi vida... En resumen, me haces falta aquí.
Porque el ayer está mas cerca de lo que parece, el ayer que me atormenta, el ayer que no me gustaría cambiar, el ayer que necesito volver a vivir.
Y por eso, estás presente en mís días, en mis horas, en cada paso en el que doy, en cada momento de lo que soy.
Y sí, cada vez que miro atrás, te veo, junto a mí, como en cada momento que vivimos juntos, en cada momento que sonreí.
Vuelvo a necesitarte para ser feliz, como antes, como siempre.
domingo, 20 de mayo de 2012
Efe A
martes, 6 de marzo de 2012
Erre Cinco
Llevo días buscándote sin parar, sin descanso, por todos los rincones, entre toda la gente, allá donde creo verte. Llevo días sin ser feliz, sin poder ver mi reflejo en el espejo y reconocer quien está ahí, sin poder pintar una sonrisa en mi cara.
Llevaba una vida sin ti. Una vida mediocre e irrelevante, infeliz pero rutinaria, una vida normal. Hasta que llegaste tú, con tu sonrisa, con tu mirada penetrante y con tus abrazos que traspasan almas. Tú, que hacías que lo normal fuese extraordinario, que encontrabas la felicidad allí donde no existía, que hacías que los días contasen en positivo.
Tu, tambaleaste mis cimiento, revolviste mis sentidos y pintaste el cielo de azul cuando sólo existía el negro. Y tú, desapareciste.
Te llevaste la felicidad contigo, para siempre, sin saber cómo ni cuándo, y mucho menos el porque. Por tu, solo tú, pudiste cambiar mi vida en tan solo un segundo, hiciste cuestionar todo aquello que tenia por seguro y arrancaste de mi alma la parte que te correspondía.
Y tú, siempre tu, me dejaste aquí tirado, desnudo, vulnerable y desorientado. Te llevaste lo más importante de mi ser, la razón de mi existencia, la felicidad y las razones por las que sigo aquí.
Ahora, desde hace muchos días, sigo aquí sentado esperando a que vuelvas, consumiendo un cigarrillo tras otro, sentado en nuestro lugar secreto y mirando el cielo estrellado. Estrellas, donde busco en cual se refleja tu alma a la espera de saber dónde encontrarte, donde verte por última vez, donde se encuentra la plena felicidad.
Solo necesito un último abrazo, una última mirada, ocho palabras para volver en mi. Tú, que sabes calmar a mi alma, que sabes cómo devolverme a la vida, vuelve. Por favor. Necesito mi vida de vuelta.
Quédate con mi alma, con mi felicidad, con la razón de mi existencia. Pero, mi vida la necesito si no vas a volver, aunque solo sea para recordarme que la vida sin ti, no merece la pena.
lunes, 27 de febrero de 2012
Ele Cuatro
Son pocos los momentos juntos, pero tan parecidos a los nuestros... Que muchas veces me cuesta diferenciar entre la realidad y mi imaginación. Me gustaría contártelo, cara a cara, que veas que todo esto no son deseadas mentiras... pero se que me crees.
Echo de menos un abrazo, una mirada, una sola palabra... Algo verdadero que no se reproduzca constantemente en mi imaginación. Volver a verte, volver a sonreír por que sí y sin sentido... Volver a nosotros, a nuestro árbol, a nuestro espacio... Volver a ti.
Ya han pasado casi dos años, dos largos años sin ti, pero esta vez voy por el camino correcto, ese que tu me guías a cada paso que doy.