viernes, 31 de julio de 2015

Jota Uno

Hace mucho tiempo que no hablamos, tanto que ya no recuerdo cuando fue la última vez que sentí la necesidad de sentarme a ordenar mis pensamiento.
Nunca te has alejado de mi cabeza, pero he intentado tenerla ocupada para ver si era capaz de diferenciar entre tu y yo.
Pero sabes que soy débil, y siempre vuelvo a ti, en cada momento, a cada hora... Eres la droga que me mantiene vivo.
Pero como todas las drogas, tienes tus desventajas, tu parte adictiva, mi THC.
Aqui me tienes, sentado, como esas tantas veces, delante de ti, detrás de mi, en ese lugar, desnudándome por completo, haciéndome pequeño otra vez.
Llevaba tanto tiempo alejado de ti, que vuelvo a sentir la vergüenza del primer día, ese color rojo en las hendiduras de mi mejilla, ese hormigueo en el estómago... Esa sensación que sólo tu sabes provocarme y que tanto me gusta.
De nuevo, como si fuese la primera vez, me tienes ante ti, dispuesto a todo, intentando reordenar mi mundo, dispuesto a volver a ser yo, pero sigue siendo difícil.
Como siempre, y en tu honor, me enciendo un cigarro, pero esta vez es especial. Es un cigarro sincero y tímido, lleno de pensamientos donde sólo uno prima, uno que sólo tu y yo sabemos.
Pero esto no es suficiente para hacerme feliz, y tu lo sabes. Y yo lo se.
El camino es más difícil de lo que me prometiste, con más obstáculos de los que me enseñaste, pero intento avanzar con un sólo pensamiento: TU.
Antes de ponerme en tus manos, una vez más, sólo te voy a pedir una cosa, simple, sencilla: no me hagas daño, que el camino ya lo hace por ti todos y cada uno de los días de mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario