sábado, 30 de enero de 2016

Ce Treinta

Necesitó contarte algo, profundo, es un sentimiento más allá de los pensamiento, algo profundo que sólo tu puedes escuchar.
Hace tiempo que todo esta cambiando, que la ruleta no deja de girar, sin paradas, sin camino, pero que hoy ha decidido descansar.
Hoy es el día D, el día en que todo ha cambiado, en el que empiezan nuevas rutas, con nuevas metas, con un nuevo futuro... Pero no es un sentimiento dulce, es amargo y salado, cargado de recuerdos.
Siempre te digo que no encuentro lo que buscó, que no se donde me encuentro... Que te necesito.
Hace tiempo que deje de pensar eso, que encontré claridad en mi camino, que empecé a ser feliz. Pero todo lo bueno dura muy poco.
Y hoy es ese día, en el que la luz da paso a la oscuridad. Sin despedidas, sin sentimientos, de golpe y sin permiso.
Como siempre, tonto de mi, vuelvo a caer en tu recuerdo, en ti, en la necesidad compulsiva de volver a tenerte junto a mi, como siempre, para siempre.
Odio las despedidas, pero parece que la fortuna no esta de mi lado y siempre me lo pone difícil.
Me gustaría saber que tengo que hacer para volver a ser feliz, como antes de esto, antes de ti, antes de mi. Pero nunca lo sabré, estoy destinado a vivir agridulcemente, sin poder resolver mis conflictos, mis miedos, mi terror a no encontrar a nadie como tu y a no poder volver a estar junto a ti.
Sabes, más que de sobra, que lo eres todo para mi, que todo tenía sentido cuando estaba a tu lado. Pero te fuiste, sin decir adiós, sin saber porque... Y ya no estas.
Ya no hay forma de calmar mis miedos, mis temores. No volvere a escuchar esas palabras de tu boca, de tus labios, eso que puede calmarme, que puede liberarme de una vida sin ti.
Me toca continuar el camino, amargo y oscuro, pero se que siempre vas a estar ahí, a mi lado, junto a mis heridas.
Por favor, acompañame, no tengo fuerzas para volver a caer, porque si caigo, esta vez no voy a poder levantarme, no tengo nada por lo que levantarme.


No hay comentarios:

Publicar un comentario